A menudo me preguntan o escucho comentarios sobre No Más Pálidas que me llevan a escribir esta entrada.
En algún momento me preguntaron: “… esto es como El secreto, ¿no?”, haciendo referencia al libro y película del mismo nombre.Otro comentario recurrente es: “… no hay que hablar de lo que está mal, hablemos solamente de lo bueno, de las cosas lindas …”
La respuesta más contundente, a ambas afirmaciones, es: no. El único punto de contacto que tiene No Más Pálidas con El Secreto es la actitud positiva y es en referencia a la formación de una imagen de un futuro deseado, a la visualización de oportunidades—pero eso es todo. No se trata de optimismo aprendido.
“No Más Pálidas” se trata de entender que las imágenes del futuro definen nuestras acciones del presente. Por eso son tan claves en el destino de las organizaciones y de las personas.
Pero en “No Más Pálidas. Cuatro Actitudes para el Éxito” la definición de éxito no es una lista de deseos que se cumplirán por el simple hecho de desearlos o visualizarlos. Se trata de tomar acción.
Tampoco se trata de ver solo lo lindo y ocultar los problemas. Al contrario: se trata de enfrentarlos. De clasificarlos para dejar de quejarse de lo que no se puede y hacerse cargo de todos los temas que están en nuestras manos.
En esencia, de lo que se trata No Más Pálidas es de liderazgo. Y el instrumento del liderazgo es uno mismo.
El libro tiene el subtítulo “Cuatro actitudes para el éxito” que son condición necesaria para cualquier persona u organización que quiera tener la chance de tener éxito.
No más Pálidas se trata de Actitud Positiva, la primera pieza, porque todo empieza con un sueño. Todo empieza con la convicción del logro posible. La convicción que genera la energía necesaria para emprender y superar los desafíos.
No más Pálidas se trata de Actitud de Mejora Continua: de la disciplina y la obsesión por la excelencia—sin provocar parálisis. Y del valor humildad, porque solo se puede mejorar si se es humilde y se reconoce que es “obligatorio” mejorar, para lo cual todos los días debemos aprender.
No más Pálidas se trata de la Actitud de Responsabilidad: de la superación de obstáculos que, inevitablemente, hay en todo proyecto, para lo cual se necesita perseverancia y resiliencia. Se trata de ser honestos con nosotros mismos y reconocer, en nuestro fuero íntimo, que somos responsables por nuestros fracasos y que las cosas dependen mucho más de cada uno de nosotros de lo que a veces reconocemos.
Y No más Pálidas se trata de Actitud de Equipo. Quizás sea ésta la actitud más difícil de comprender y por ende de “instalar” en cada persona. Actitud de equipo implica, en primera instancia, comprender que no se trata solamente de cada uno ni de organizaciones aisladas en la comunidad. Es primordial aprender a trabajar en equipo.
Se trata de dar todo para que el equipo gane. Y eso requiere sacrificio. Se trata de proponer y tomar decisiones con el fin de un bien mayor. Y eso requiere que las personas no se crean Prima-Donas. Con esta actitud se desarrolla el valor más importante de un sistema humano: la confianza. Eso es capital social que se construye con el tiempo siendo justos, honestos y competentes.
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