Contextos para cambiar y para innovar
El año pasado, el presidente de una empresa muy grande de Latinoamérica me contó que su padre y su hermano eran arquitectos y que siempre admiró la capacidad que tienen las personas que estudian esa profesión para crear contextos. Por ejemplo, cuando hacen un edificio con un hall muy grande, con el techo muy alto, lo que provoca en las personas que entran al edificio es esa sensación de ser pequeños frente a un espacio enorme. Cuando entramos en una sala con mucha madera, sentimos que estamos en un lugar cálido y protegidos. Y justamente lo que él quería hacer es invitar a los equipos de su empresa a que generen contextos diferentes a los que existen todos los días. “Si queremos innovar y cambiar lo que hacemos, tenemos que crear nuevos contextos”, decía este ejecutivo.

Cuando escuché todo esto, enseguida me di cuenta lo profundo de su mensaje. Porque justamente una de las cosas que he visto que provoca mayores cambios en la dinámica de los equipos es la generación de contextos diferentes.
Generando nuevos espacios
Cuando los equipos crean espacios nuevos, en forma inmediata y casi mágica, comienzan a cambiar las conversaciones que tienen todos los días. Por ejemplo, uno de los equipos con los que trabajamos acordó salir de la oficina dos días por año para pensar el futuro. Dos días enteros dedicados a entender los resultados del año anterior, ver qué es lo que está haciendo la competencia, tendencias del futuro, reconocer las fortalezas y como resultado, acordar el plan para ejecutar el próximo año, las prioridades y la estrategia que van a seguir. Antes no hacían esto, pero desde que lo empezaron a hacer, la organización cambió en forma radical en tres años.
En otra organización, decidieron crear un proyecto de mejora que atraviese toda la organización, un proyecto en el que se precisa que todas las áreas intervengan, un contexto diferente al existente anteriormente. Esto provocó nuevas reuniones periódicas, trabajo en conjunto entre personas de áreas diferentes, que hasta ese momento nunca habían trabajado juntas. El proyecto terminó en forma exitosa, no solo logrando los resultados que se propusieron, sino también uniendo más a las personas que fueron parte del mismo, y demoliendo varias paredes de las famosas “chacras” entre áreas.
Hemos visto generar diferentes contextos que generan valor, hablar de la forma de trabajo (reuniones de lecciones aprendidas), actividades para reflexionar sobre cuánto vivimos los valores de nuestra organización, asignar un equipo a crear laboratorios de innovación. Estos son solo algunos ejemplos de contextos nuevos que pueden generar conversaciones que no se dan cuando estamos todo el día operando.
Cuando cambiamos el diálogo, cambiamos la realidad
Como practicantes de Indagación Apreciativa (Organizational Change Management), sabemos que “Las organizaciones se mueven en dirección a las preguntas que se hacen, a las conversaciones que tienen todos los días”. Crear contextos es una práctica que demuestra el liderazgo de una persona. Y por esta razón, te sugerimos que hagas la siguiente pregunta a tus colegas: ¿qué contexto nuevo podemos generar para provocar el cambio más radical que tenemos que impulsar? Y luego disfruten el desafío de embarcarse juntos en el viaje que promueve un “nuevo contexto”.
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