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“La mejor manera de predecir el futuro es construyéndolo”
#DennisGabor (físico húngaro, 1900-1979)
El Cambio Acelera
Este período de la humanidad se caracteriza por un cambio acelerado. No es la tasa de cambio a la que podríamos estar acostumbrados. No alcanza con “lo único permanente es el cambio” de Heráclito.
Si hay algo que está ocurriendo hace rato es un incremento significativo en la velocidad del cambio. Aparecen nuevos desafíos, aparecen competidores que no estaban en el sector de actividad debido al avance avasallante de la tecnología. Aparecen nuevos cambios en el entorno, ya sea económico como social. Nuevas tendencias, costumbres, hábitos de consumo, etc. Todo esto hace que el futuro sea cada vez más incierto.
El término VUCA por su sigla en inglés (Volatile, Uncertain, Complex, Ambiguos) describe a la mayoría de los entornos a los que se ven enfrentadas las organizaciones.
¿Cómo están reaccionando las organizaciones ante este fenómeno?
Hay que Diseñar la Estrategia
Diseñar la estrategia en este contexto, se hace cada vez más difícil. Predecir el futuro y lo que nos puede llegar a impactar, es cada vez más desafiante. Sin embargo, hay que hacerlo. Y la razón por la que hay que hacerlo es porque si no lo hacemos, el riesgo que estamos corriendo es cada vez más grande.
Sin embargo, ¿Dedicamos tiempo a pensar el futuro, en la necesaria Transformación del Trabajo («TT”)?
¿Analizamos los eventos externos y evaluamos su impacto en nuestra unidad/negocio?
¿Reinventamos nuestra unidad/negocio?
Muchas organizaciones no encaran este tema por distintos motivos. El motivo más común para no dedicarle tiempo al futuro es que están “enterrados” en la operación. No hay tiempo para salir del día a día y lo urgente atropella todo. Otra razón es la sensación de que “vamos bien”, y ¿para qué vamos a perder tiempo en eso? Otra es que el tema parece muy difícil y no saben cómo encararlo.
Lo de la urgencia es un pretexto. Lo de «vamos bien” es lo más peligroso porque puede lindar con la soberbia (Cambie antes de que tenga que cambiar ~ Jack Welch). Y no saber cómo no es un pecado, tiene solución pidiendo ayuda.
En los entornos más estables, el diseño de la estrategia estaba asociada a hacer investigaciones largas, profundos estudios sobre la competencia, una planificación detalladísima y proyecciones a muchos años. Es lógico que muchos gerentes vean estos procesos con cierta reticencia en los tiempos actuales donde el entorno es más que inestable. Pero eso no quiere decir que no haya que hacer un diseño de la estrategia. Y para eso se requiere dedicar tiempo a la inevitable transformación del negocio. Hay metodologías más ágiles para hacer esto.
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Centrados en el Cliente
Si bien la tasa de cambio es vertiginosa, hay un principio que no cambia: entender y estar conectado con el usuario/cliente es determinante para el éxito a largo plazo y la sustentabilidad.
- ¿A quiénes le vendemos y a quiénes queremos venderles nuestros productos y nuestros servicios?
- ¿Qué necesidades de cada uno de nuestros clientes o potenciales clientes podemos satisfacer?
- ¿Cuáles son nuestras soluciones para eso? ¿Son distintas a las de nuestros competidores? ¿En qué?
- ¿Por qué nos eligen?
Es importante aquí tomar en cuenta todo lo que sabemos de nuestros clientes que son la prueba ácida de la calidad de lo que hacemos. Es el cliente quien la define, no nosotros.
El propósito de la estrategia es asegurar un ajuste dinámico de la organización a su entorno. El entorno es el conjunto de clientes, competidores, firmas aliadas y el contexto económico, social, tecnológico, cultural y político en el que opera la organización. La organización está ajustada al entorno si tiene:
• Un «Qué” único: una Propuesta de Valor única y atractiva.
• Un «A Quién” correcto: Conocemos y entendemos las necesidades de nuestros segmentos de clientes objetivo.
• Un «Cómo” efectivo y eficiente: Tenemos los recursos, canales, modelo de precios, las capacidades y las herramientas necesarias para entregar de la forma más eficiente la propuesta de valor.
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Parar para Pensar
A veces encontramos organizaciones que dicen: «no necesitamos dedicar uno o dos días … estamos todo el tiempo pensando la estrategia! … además todo cambia tan rápido que para qué vamos a hacer eso?!”. Obviamente, todos los días estamos, en medio de la operación, mirando un poco más lejos. Sin embargo, es necesario dedicar tiempo en forma de bloque a estos temas. Y es justamente, porque todo cambia cada vez más rápido que hay que parar para pensar. El no hacerlo es un riesgo mayúsculo.
Tener sesiones de estrategia tiene como objetivo la creación de una visión colectiva más a largo plazo y la definición de pilares estratégicos claros, viables y competitivos para, finalmente, conseguir la adhesión de las partes interesadas.
Una manera eficaz de dedicar tiempo a la transformación (TT) es separar uno o dos días por año (todos los años) y dedicarlos exclusivamente a Diseñar/Clarificar/Alinear la estrategia. Allí sacamos de la operación—del día a día—al equipo. Cambiamos de ambiente. Ponemos al cerebro en otro «modo». El objetivo fundamental de estas sesiones es salir de ellas con un conjunto (4 o 5—pocos!) de pilares estratégicos que definan nuestro rumbo.
Pero, a veces, estas sesiones se tornan un poco frustrantes si no están bien diseñadas y las reuniones se transforman en discusiones inútiles, o en debates que no conducen a ningún resultado (¡el famoso quedamos así, cualquier cosa nos mandamos un mail!). Es imprescindible tener una buena agenda definida para que las sesiones sean productivas. A medida que se va instalando el hábito de estas sesiones, cada vez son mas productivas y eficientes.
«No mezcle las reuniones. Cada reunión necesita un objetivo y el éxito de la reunión es cumplirlo. ~ @ebalino».
¿Alineados?
Diseñar la estrategia es solo parte del juego. No alcanza con tener algunas buenas ideas y predecir el futuro con la mayor claridad posible. Llevarlo a la realidad es “la cosa”. Pero más aún: el diseño no puede ser el producto de la clarividencia de una persona, por ejemplo, el líder.
Por más brillante que sea, las ideas no están reservadas a su precioso intelecto. Las organizaciones que tienen chance de tener éxito suman todas las neuronas posibles de todas las personas.
- ¿Trabajamos con el equipo para definir el rumbo, claro, viable?
- ¿El equipo conoce, entiende y se suma a la estrategia?
- ¿Están alineados?
Ninguna estrategia será buena si no tiene el apoyo y la convicción de todo el equipo. Por eso su construcción y ajuste sistemático requiere la máxima intervención posible, donde las personas se sienten escuchadas y tienen la oportunidad de sentirse que están contribuyendo al éxito de la organización.
¿Cómo Pasamos de Estrategia a la Acción?
Una vez que sabemos en qué temas debemos enfocarnos, el siguiente paso es definir qué resultados queremos alcanzar al final del período para cada uno de estos temas. Al final de la etapa de diseño deberíamos, más allá de todas las ideas que se hayan manejado, tener claro cuáles son nuestros pilares estratégicos y los resultados concretos que queremos lograr. Esto es fundamental para poder transmitir con claridad la estrategia, alinear a la organización y trabajar en conjunto para implementarla.
Pasar a la acción requiere Gestión. Si bien no es el foco de este post, vale la pena dedicar una lineas a este aspecto, para hacer que las cosas pasen tenemos que planificar y “seguir la ejecución”: así como seguramente se llevan adelante reuniones sistemáticas para seguir la operación, el seguimiento de las iniciativas estratégicas requiere reuniones periódicas/sistemáticas de seguimiento donde solamente se habla de esto. No mezcle las reuniones. Cada reunión necesita un objetivo y el éxito de la reunión es cumplirlo. Agende cómo va a seguir el desarrollo de las iniciativas estratégicas para asegurarse que ocurran.
Definir la Estrategia es un Tema Cada Vez más Difícil en un Ambiente VUCA
(un resumen)
Definir la Estrategia es un Tema Cada Vez más Difícil en un Ambiente VUCA. Pero hay que hacerlo sí o sí. Los riesgos son cada vez más grandes para quienes no lo hagan. No es un tema de “una vez” y ya está. La estrategia requiere ser ajustada periódicamente. Dedicar tiempo a la transformación es clave.
Tampoco es cuestión de una definición del jefe (o el supervisor de turno) por más brillante que sea. Se requiere a todo el equipo para identificar los impactos del entorno, visionar el futuro, idear los ajustes y elegir los pilares estratégicos.
Cuando se involucra al equipo se logra alineación y compromiso. Y cuando se definen bien los pilares estratégicos, estos se transforman en una excelente herramienta de comunicación y alineamiento organizacional.
En un mundo cada vez más incierto, una de las necesidades más importantes de los seres humanos en las organizaciones es, al menos, la máxima claridad posible. Eso contribuye también a generar un mejor clima organizacional. Es trabajo del liderazgo asegurar que esa claridad exista.
Algunas preguntas para saber sus opiniones:
- ¿Cuánto tiempo dedican a Transformar el Trabajo (TT)?
- ¿Analizan los eventos externos y evalúan su impacto en su unidad/negocio? ¿Reinventan su unidad/negocio?
- ¿Lo hacen con su equipo o en forma individual?
- ¿El equipo está alineado en cuanto a lo que vamos a hacer y, sobre todo, en cuanto a lo que no vamos a hacer? ¿Sabe toda la organización esto?
- ¿Qué barreras encuentran para Diseñar/Clarificar/Ajustar su estrategia?
Nos encantaría conocer de los lectores cómo manejan su estrategia, cuáles son sus preocupaciones
sobre el diseño/clarificación/alineación y cómo las han resuelto.
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¿Cómo se desarrolla una sesión de Diseño/Clarificación/Alineación de la Estrategia?
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